Monumentos y lugares
En la Plaza de España, en la cual está ubicado el Ayuntamiento, encontramos también la Parroquia de la Purísima Concepción, que, tal como la conocemos hoy, es obra del siglo XVII. Es de planta rectangular, dividida en tres naves, la central más alta y ancha que las laterales. Tiene la puerta principal a los pies y otra lateral en la nave de la Epístola. La bóveda de la nave central es de medio cañón, con arcos fajones resaltados, como ornamento y refuerzo, que comienzan en cada uno de los cinco pares de pilares que soportan el peso de la techumbre. Las naves laterales están cubiertas con bóvedas de crucería, los pilares están decorados solamente por la terminación en triángulos colgantes de los arcos resaltados.
En la cabecera de la nave central nos encontramos con una cúpula de media naranja, sostenida por pechinas. En el centro de la cúpula, y para dar luz natural al altar mayor, hay una pequeña linterna.
Al exterior destaca la puerta del Perdón, a los pies del edificio, encuadrada por un arco de medio punto, franqueada por dos columnas adosadas en piedra tallada , y rematada por un frontón triangular partido y un entablamento con friso y cornisa.
Volviendo al interior, encontramos un Crucificado barroco, realizado por Gáspar Ginés en 1.636. El retablo donde se encuentra es de grandes dimensiones, de una sola calle, enmarcado por dos estípites coronados por capiteles corintios y dividido en dos cuerpos. En la parte central del cuerpo superior aparece tallada en altorrelieve una imagen con los dos signos iconográficos del Creador.
La segunda obra es una escultura en madera policromada que representa a la Virgen con el Niño. Data de 1.579 y por sus especiales características se puede encuadrar en el arte del Bajo Renacimiento.
En cuanto a la pintura, hay que resaltar dos cuadros, colocados a ambos lados de la puerta del Perdón, que representan a "La Virgen de los Ángeles" y "La Resurrección de Lázaro".
De aquí pasamos a la Ermita de Ntra. Señora de Palomares, patrona de la localidad. Su planta es rectangular, de una sola nave, en cuya cabecera se halla el altar mayor, cubierto por una cúpula sobre pechinas y resguardando el camarín de la Virgen un magnífico retablo churrigueresco.
El techo de la nave tiene forma de cubeta invertida, de claras influencias mudéjares, con ocho pares de vigas que las unen por su base, siendo la central pintada con una paloma, motivo que artístico que revela el nombre de la Ermita.
Sobresale en el exterior la espadaña del campanario de dos vanos y la puerta, muy parecida, aunque menos monumental, a la del Perdón de la iglesia parroquial, de medio punto, con columnas adosados y frontón partido. En las paredes laterales destacan los contrafuertes de sostén de la cúpula.
Entrando de nuevo en la Ermita nos encontramos de frente con el grandioso retablo. A modo de los Churriguera, está concebido arquitectónicamente, pues los elementos constructivos adquieren un violento resalte, de gran movimiento. Los estípites, las guirnaldas y formas vegetales cubren todo el marco, abriendo sólo el arco principal, que da paso al camarín, y tres hornacinas, dos laterales y una en el centro de la parte superior, que amparan a tres imágenes talladas de la misma madera rojiza.
La imagen de la Patrona es un maniquí para vestir, siendo talladas las manos y cara, aunque pudiera tratarse de una escultura sedente a la que la gubia ha cortado los brazos y piernas. Fue encontrada según cuenta la leyenda popular por un campesino de Trebujena mientras labraba su tierra con una yunta de bueyes dentro de una cueva en el suelo, en la cual entró una paloma, de ahí el nombre de Ntra. Señora de Palomares; esta aparición fue allá por el año de 1.444, en el pago de El Algarbe.
Hay también un Cristo de la Veracruz, tallado en madera de cedro, al que podemos fechar por su trazado y ejecución en los siglos XV o XVI y un Cristo Yaciente de la cofradía del Santo Entierro.
Otra obra destacada es la imagen de Ntra. Señora de la Soledad de gran fervor popular y que procesiona la noche del Viernes Santo siguiendo a la imagen descrita anteriormente, la del Cristo Yacente.
Las pinturas son obra de las monjas clarisas que fundaron el Monasterio de Ntra. Señora de Palomares en 1.950. El edificio fue construido en 1.757, restaurada en 1.906 y en 1994 se terminó una nueva restauración del exterior, interior y techumbre.
Ya fuera del casco urbano de la población y frente al Instituto de Bachillerato encontramos las ruinas de un antiguo molino de viento, donde se molía el grano, y del cual sólo queda la estructura, compuesta por un cilindro de estuco donde se puede adivinar el lugar en el que estaban colocadas las aspas.
Si continuamos por la carretera que nos conduce al río, a 4,5 km. de la población tenemos el cortijo de Alventus, antiguo donadío de los Duques de Medina Sidonia durante la repoblación que se realizó en el siglo XVIII. Este cortijo se utiliza actualmente para la cría, tienta y venta de reses bravas.
Ya continuando hasta el río nos encontramos con un paisaje variopinto. En Primer lugar, si miramos hacia atrás, grandes extensiones de viñedos sobre las lomas de albarizas, repartidas en pequeñas parcelas de los viticultores trebujeneros (no hay grandes propietarios), donde se cultiva la uva que, una vez transformada dará lugar al mosto que hace famosa a Trebujena.
A medida que nos acercamos al río, el paisaje se va transformando en una inmensa llanura de marismas, hasta que nuestra vista alcanza por fin toda la inmensidad del Guadalquivir y contemplamos algún que otro buque que sube hacia Sevilla o baja hacia Bonanza en Sanlúcar de Barrameda.
Bodegas
Trebujena se encuentra situada dentro del denominado Marco de Jerez, y por tanto no podía estar ajena al cultivo característico de la zona, favorecido por la tierra, la albariza, y por supuesto del clima dulcificado por las blanduras y los vientos de Marea en el verano; así como el esmero que ponen los viticultores en el cultivo de la vid, que alcanza a veces la devoción, no correspondida a veces por las condiciones del mercado del vino.
Hay en Trebujena dos Cooperativas vitivinícolas, "Virgen de Palomares" y "Albarizas", que se encargan de la recolección y la elaboraron de los caldos.